miércoles, 20 de enero de 2010

Quizá me enamoró un reflejo

Quizá me enamoró un reflejo
de lo que pudo haber sido,
pero vivir en el engaño
fue mejor que este espejo.
Ya vendrán tiempos peores,
tan solo espera el ocaso.
La sombra de lo que fuimos,
la lluvia de los tejados.
No quieras soñar
aquello que puedas alcanzar
con el hielo de tus manos.
Los sueños nunca regresan
a este mundo, donde los muertos
dicen estar vivos,
a esta calle
dónde mueren cada noche,
los versos que te ofrezco.
Ábreme la puerta
si trato de huir por tu ventana.
No me hables del mañana.
No revivas el pasado.
Confieso que he pagado
las deudas del futuro,
otra vez sin un duro
más de lo mismo…
solo ante el abismo,
bajo este cielo oscuro.

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