martes, 31 de agosto de 2010

Up in the air

No quería dejar de compartir con aquellos arrastrados que por el rincón transitan la mayor oda a la soledad jamás vista por mí en una película.

El anterior monólogo pertenece a Ryan Bingham, personaje que encarna a la perfección George Clooney en "Up in the air" y que a mi juicio bien habría valido la pena un Oscar.

El film es una adaptación de la novela de 2001 escrita por Walter Kirn y, si bien se reviste de comedia romántica, me parece a todas recomendable para toda aquella persona que en el cine sea capaz de ir "un poquito más allá".

No somos cisnes...

Imaginen por un segundo que llevan una mochila. Quiero que noten las correas sobre los hombros. ¿Las notan? Ahora quiero que la llenen con todas las cosas que tienen en su vida. Empiecen por las que hay en los estantes, en los cajones, las tonterías que coleccionan. Noten como se acumula el peso. Ahora cosas más grandes. Ropa, pequeños electrodomésticos, lámparas, toallas, la tele… La mochila ya pesa.

Ahora cosas más grandes. El sofa, la cama, alguna mesa. Métanlo todo dentro. El coche, añádanlo. La casa, un estudio o un partamento de dos dormitorios. Quiero que introduczcan todo eso dentro de la mochila. Intenten caminar. Es difícil, ¿no? Pues esto es lo que hacemos con nuestra vida diaria, nos vamos sobrecargando hasta que no podemos ni movernos, y no se equivoquen, moverse es vivir.

Ahora voy a prenderle a esa mochila fuego. ¿Qué quieren sacar? ¿Las fotos? Las fotos son para la gente que no puede recordar. Tomen ginseng y quémenlas. Es más, dejen que se queme todo e imagínense despertando mañana sin nada. Resulta estimulante, ¿no es así?

Esto va a ser un poco difícil, presten atención. Tienen otra mochila, solo que esta vez deben llenarla de personas. Pueden empezar por los conocidos, amigos de amigos, la gente de la oficina, y luego pasen a las personas a las que confían sus secretos.

Sus primos, tías, tíos, hermanos hermanas, sus padres, y por fin, su marido, su mujer, su novio o su novia. Métanlos en la mochila. Tranquilos, no les voy a pedir que les prendan fuego. Sientan el peso de la mochila. Puedo asegurarles que las relaciones son la carga más pesada de su vida. ¿No sienten un peso clavándose en sus hombros?

Todas esas negociaciones, discursiones, secretos y compromisos. No necesitan cargar con eso. ¿Por qué no dejan la mochila? Hay animales que viven cargando con otros en simbiosis toda su vida. Amantes sin suerte, cisnes monógamos, no somos esos animales. Si nos movemos despacio morimos rápido. Nosotros no somos cisnes, sino tiburones.