domingo, 18 de marzo de 2012

Puestos a soñar...

Puestos a soñar, pidamos.Puestos a pedir, soñemos. Soñemos con tu cuerpo sobre el mío, con el mío sobre el tuyo. Con el desenfreno entre tus piernas. Con que el amor nos guía hacia aquello que llaman placer, y que para mí no es más que lujuria.

Porque es un lujo yacer contigo. Siquiera soñarlo. Que tú eres mía y yo soy tuyo. Que el mañana no importa porque la noche es nuestra. Tampoco el ayer, sino este instante. No somos más que tú y yo en un mundo de locos. Tan solo tú y tan solo yo queriendo dejar la cordura a un lado, simplemente perdernos.

No somos mesura. En este momento, tampoco ternura. Nos pueden mi ansia de ti, tus ganas de mí. De tocarnos, de besarnos; de querernos y acariciarnos, disfrutar de dos descerebrados cuerpos y caer en nuestros más bajos instintos por debajo de nuestra cintura.

Si viene la soledad a vernos, soñemos. Contigo y conmigo. Con lo que un día fuimos o quizá seamos. Con el deseo y el fuego. Con nuestra perdición, en fin. Con el ardiente anhelo de entrelazar nuestras manos, convirtiendo cada una en dos.

Si como dijo Calderón la vida es sueño, pidamos hacer realidad los sueños. Hagamos del vicio virtud y del refrán algo banal. Si queremos, podemos. Piénsame como yo te pienso; disfruta. Créeme colgado en tus labios, porque para mí no habría mayor pena que yacer en ellos.

Ponle salsa a la vida que yo soy bachata. Agarra el deseo y piensa en cogerme y en que yo te coja. Puestos a soñar soñemos, porque el tiempo puede quitarnos la vida, pero nunca el deseo. Puestos a pedir, pidamos comernos a besos; que el anhelo sea realidad, que nuestro placer sea eternidad.


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