Muchos lloramos aquel día, y lo hacemos cuando recordamos. Ciento noventa y dos víctimas fueron las razones de ello. Un grupo de desalmados los culpables.
Como otros muchos, yo tenía gente allí. Unos queridos; otros... menos.
A ti, que al volver a mí jugaste con aquello. Y a ellos, por los que me estremezco en el recuerdo.
jueves, 11 de marzo de 2010
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