Qué poco corazón el de una ramera que cobra y abandona sin prestar servicios. Qué poco corazón el de un hombre que paga a su salvadora por los extras gratuitos. Qué poco corazón al que cantan el maestro Sabina y los Quijano en este tema.
lunes, 9 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario