Se irán para no volver,
cruzando el túnel del sueño.
Dejando un haz de luz,
un ligero destello.
Se irán para no volver,
como pájaros sin dueño.
Desangrando el cielo
con su caótico vuelo.
Cuando los ojos creían
que el eterno azul era eterno,
cuando los veranos de una vida
ardían en un mísero invierno;
cuando había una salida
al otro lado del averno…
Ya sabía que te quería.
Ya te amaba sin saberlo.
viernes, 4 de septiembre de 2009
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